En esta antigua historia del libro “Filamentos del Destino Determinan La Vida Humana” de Roselis von Sass, somos testigos de cómo una sola elección equivocada puede afectar a muchas encarnaciones futuras.
Mandra, una hermosa joven de un pueblo de mercaderes, experimentó sueños recurrentes con una danza seductora interpretada por una bailarina semidesnuda. A pesar de recibir una advertencia clara e intuitiva, Mandra decidió perseguir su fantasía de aprender e interpretar esta danza. Con la ayuda de Zafran el Vidente, quien de manera similar ignoró las advertencias de su voz interior y sucumbió a la tentación impulsada por la pasión y el deseo, crearon una actuación para los aldeanos y los mercaderes ambulantes.
Apenas vestida, la danza de Mandra despertó intensos sentimientos y deseos en el público, un fenómeno desconocido hasta entonces. Su actuación alteró fundamentalmente la forma en que la gente veía los cuerpos de las mujeres, reemplazando la reverencia por la pureza con la adoración del cuerpo físico. Cuando su padre regresó de su viaje y descubrió lo que había sucedido, la desterró avergonzado. Devastada, Mandra huyó a ciegas a través de un campo de piedras donde una mordedura fatal de una serpiente terminó con su vida. En sus últimos momentos, obtuvo la dolorosa comprensión de lo que realmente había perdido: había silenciado la voz de su espíritu y cedido a la tentación.
La historia ilustra la Ley del Karma en acción, no como un castigo, sino como la consecuencia natural de nuestras elecciones, que se manifiesta ya sea en nuestra vida actual o en encarnaciones futuras. A lo largo de sus vidas posteriores, tanto Mandra como Zafran recibieron numerosas oportunidades para rectificar su karma, pero repetidamente permitieron que el razonamiento intelectual y los deseos emocionales superaran a su espíritu.
Esta historia nos enseña que al ignorar la voz que guía nuestro espíritu y tomar decisiones equivocadas, podemos atarnos a ciclos de sufrimiento hasta que finalmente elijamos prestar atención a nuestra intuición espiritual, que siempre nos guiará por el camino correcto. Solo entonces podremos romper el ciclo de malas decisiones y corregir nuestro karma.