Una historia personal compartida por Elad Nachshon, graduado de la Escuela Alma para la Humanidad y administrador del equipo de redes sociales:

Durante mi etapa de «despertar», antes de comenzar mis estudios en Alma, estaba ocupado culpando a todos y a todo lo que no me dejaba vivir de manera simple y pacífica. Literalmente obtuve un «doctorado en la Oscuridad». Esto me llevó a dirigir mi ira, frustración y sensación de impotencia hacia esas instituciones elitistas que estaba convencido de que estaban haciendo todo lo posible para hacer nuestras vidas miserables: instituciones que nunca renunciarían a su poder y control.

En esa etapa, todavía no podía entender cómo podría cambiar algo en el mundo cuando me enfrentaba a este enorme pulpo de poder económico, militar y mediático que enviaba y extendía sus tentáculos por todas partes.

Gradualmente, a lo largo de mis estudios en los diversos cursos ofrecidos en Alma, aprendí que nosotros mismos somos la fuente de lo que les da a esas «élites» el poder de dominar a tantas personas en todo el mundo. Su capacidad para gobernarnos no se debe a su control sobre el 99% de los recursos globales, sino a que continuamos alimentando estos sistemas una y otra vez, de muchas maneras.

Entonces decidí que si realmente quería ser parte de un movimiento que crea un cambio, también necesitaba llevar a cabo un autoexamen interno riguroso, sin dejar piedra sin remover, completamente honesto, sin atajos ni excusas.

Sabía que esto requeriría enormes recursos y fuerza de mi parte para cambiar cosas dentro de mí que nunca había luchado por cambiar. Pero también sabía que nunca volvería a ese mundo, que pensaba que era «normal». Sabía que no tenía nada que buscar allí, incluso si en ciertos momentos, todavía lo extrañaba.

Uno de los momentos en que obtuve claridad y esperanza sobre cómo luchar contra ese enorme «pulpo» elitista fue durante la conferencia «El Plan de Lucifer». En esta conferencia, entendí cómo la humanidad está conectada al centro emocional colectivo, que es como un servidor masivo al que todos subimos nuestra energía, y quien sabe cómo acceder a él y canalizar su poder lo hace a través de las emociones.

Por lo tanto, esas «élites» que controlan el mundo y la narrativa pública se aseguran de que los ciudadanos del mundo estén constantemente en confusión emocional: ira, celos, odio, miedo, ansiedad, etc.

Esto es posible porque millones de personas alimentan constantemente el centro emocional colectivo e incluso creen que las emociones son lo que los define como seres humanos.

En otras palabras, la humanidad misma es responsable de su condición. A través de sus acciones y pensamientos, continúa fortaleciendo la «Oscuridad», todo lo que aprisiona a los humanos en la conciencia material e impide que el espíritu (nuestra verdadera esencia) avance hacia adelante y hacia arriba hacia la Luz.

Esta conferencia me impulsó a observar y escribir sobre uno de los mayores recursos del centro emocional colectivo, uno que genera una fuente de energía casi inagotable para esas élites: la industria de la pornografía.

Los datos hablan por sí solos: ¡alrededor de 400 mil millones de visitas por mes, aproximadamente el 30% de todo el tráfico de Internet, superando a Netflix, Facebook y Amazon combinados!

Con el clic de un botón o el deslizamiento de un dedo, puede acceder a un amplio repertorio disponible de forma gratuita, 24 horas al día, 7 días a la semana, para cualquiera que sepa cómo usar Internet.

Ningún pueblo o nación ha permanecido inmune. Desde Japón hasta Brasil, desde Arabia Saudita hasta Suecia, todos «beben» del mismo pozo. Esta es la «vaca lechera» de las élites, la fuente de poder inagotable de la que se alimentan continuamente mientras se aseguran de que siga siéndolo.

Hoy, un joven en una remota aldea africana consume el mismo veneno que un ejecutivo de Wall Street. Esta es una adicción masiva que cruza todas las fronteras geográficas, culturales y religiosas, y es accesible para todos.

Esto no es solo una industria. Esta es la mayor plaga que jamás haya existido !

Este sistema sabe cómo atrapar a un joven de 14 años que busca «tetas» en Google y transformarlo en pocos años en alguien que mira contenido que le parece repugnante pero no puede dejar de consumir.

En los momentos más intensos, estas imágenes, que se vuelven cada vez más extremas a medida que se desarrolla la adicción, se imprimen en el cerebro y sirven como puertas de entrada para influencias externas. Estos son pensamientos y sentimientos que se adhieren a ti, convirtiéndose en susurros silenciosos que te atraen de vuelta a este lugar, una y otra vez.

¿Estás nervioso? ¿Aburrido? ¿Enojado? ¿Solo? ¿No puedes dormir? ¿Tuviste un día estresante? Solo mira un poco …

El ego, que las emociones alimentan continuamente, susurra: vamos, ¿qué podría pasar?

Entonces, primero, lo que sucederá inicialmente es que comenzaremos a desarrollar un comportamiento completamente ajeno a nuestra naturaleza. Esto hace que nos volvamos violentos, desconectados, impacientes e incapaces de manejar nuestras emociones adecuadamente porque estamos acostumbrados a adormecernos fácilmente con la visualización rápida de contenido que siempre está accesible para nosotros.

La segunda consecuencia es que el centro emocional colectivo continuará fortaleciéndose, ganando influencia y enviando nuevos tentáculos. De hecho, ya ha comenzado a extender su alcance a adolescentes y jóvenes, normalizando esta industria con sitios como OnlyFans, que ha convertido a millones de mujeres jóvenes en «emprendedoras» vendiendo contenido íntimo a suscriptores de pago, como un «Instagram privado» con acceso de pago.

Vemos más y más bots en Instagram y TikTok, que se han convertido en las principales plataformas de reclutamiento, enviando mensajes como: «¡Hola, qué contenido tan poderoso estás publicando! ¿Te gustaría ganar $5000 al mes?»

El tercer resultado es que, a medida que continuamos consumiendo este contenido, comenzaremos a acumular karma.

¿Cómo exactamente? De acuerdo con la Ley de Atracción Entre Especies Similares, una de las Leyes de la Creación a la que todos estamos sujetos, cuando alimentamos el centro colectivo con nuestros pensamientos y emociones, ¡fortalecemos los pensamientos y emociones de otra persona que tiene una tendencia a llevar estos pensamientos a la acción!

En otras palabras, cuando alimentamos emociones de celos, control, violencia y otras perversiones con las que nos involucramos en privado, nos convertimos en cómplices de acciones que otra persona realiza (como un asalto), ¡que extrae energía de ese mismo centro de poder de pensamientos y emociones! Sí, estamos involucrados, incluso si la persona que comete el acto está al otro lado del mundo, porque la Justicia Divina opera de manera integral y automática, en todos sus aspectos.

Estas tres ideas, que se hicieron más claras dentro de mí mientras profundizaba mi comprensión de las Leyes de la Creación durante mis estudios en los cursos avanzados de la escuela, me llevaron a examinar seriamente todas las veces que yo era el que alimentaba esos mismos centros emocionales colectivos que brindan poder a las élites, e hipócritamente, seguía quejándome de su poder.

Para concluir, los insto a que examinen profundamente los lugares dentro de sí mismos donde las emociones aún los impulsan poderosamente, ya que la forma de disminuir el poder del centro emocional colectivo es primero ver dónde todavía los atrapa. Pasa de obtener un doctorado en los sistemas de la matrix a obtener un doctorado en tu propio ego.

También hablen con sus hijos adolescentes sobre estos peligros: la adicción severa, la falsa realidad que esto crea en torno a la sexualidad y el amor, y el absurdo de que todos discutan los daños de fumar, el azúcar, el alcohol, la marihuana, ¿pero la adicción a la pornografía? Shhhh. Esta es la única adicción que sigue siendo socialmente aceptable sin que nadie diga una palabra.

En algunas culturas, hay días designados de expiación durante los cuales muchos ayunan o limitan su consumo de alimentos. Sin embargo, nuestra verdadera purificación interior requiere que ayunemos de nuestras adicciones y de la conciencia emocional que continúa alimentando el viejo mundo. Vean «El Plan de Lucifer» y otras conferencias que explican por qué la purificación interior personal es el trabajo más importante que debemos hacer ahora mismo.