Jesucristo: La Historia Verdadera Según las Leyes de la Creación
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Descubre cómo las tergiversaciones históricas del mensaje de Jesús han influido en el karma colectivo a través de las civilizaciones y continúan dando forma a la humanidad actual.
La conferencia escrita:
Jesucristo: la verdadera historia según las leyes de la creación
Introducción
En vista de los muchos y terribles golpes que el pueblo de Israel ha sufrido recientemente, no solo los judíos religiosos están rezando con todas sus fuerzas por la llegada del Mesías que los redimirá de todos sus problemas, sino que también los judíos seculares de repente recuerdan el poema de la famosa poetisa israelí Naomi Shemer, “La llegada del Mesías”, con la esperanza del fin del sufrimiento y con algunos incluso tarareando su melodía.
Sin embargo, el Mesías que todos están esperando, no vendrá ni se cumplirán las expectativas de cierta magia que traiga una redención inmediata.
Porque el Mesías ya llegó hace dos mil años y ya trajo consigo el Plan de Salvación, de acuerdo con las Leyes de la Creación.
Jesús fue el Mesías.
Sin embargo, casi nadie conoce la verdadera historia sobre Jesús y sus enseñanzas porque esta Verdad sólo puede surgir a través de revelaciones sublimes de la Luz y no a través de las mentes furiosas de los dignatarios religiosos que persiguen el prestigio, el poder y la fortuna.
Los judíos, y especialmente los israelíes, son ignorantes de la verdad sobre Jesús, porque durante dos mil años, esta verdad les fue ocultada obstinadamente por el establecimiento religioso. Un establecimiento que escribió la historia judía de acuerdo con la agenda de la Oscuridad para así preservar su posición.
Los cristianos de diferentes denominaciones y los judíos mesiánicos no son conscientes del hecho de que la iglesia también distorsionó gravemente la Verdad que trajo el Mesías; por lo tanto, a pesar de su amor y fe en Jesús, estas distorsiones les impiden ascender hacia la Luz.
Por lo tanto, no sería exagerado decir que ¡El fraude del Mesías es el peor, y por lo tanto, el más grave de la historia de la humanidad!
Un fraude, cuyas fatales consecuencias afectan la vida de todos los habitantes del Planeta Tierra y particularmente a los habitantes de este país.
Sin embargo, con el cierre de los ciclos kármicos en los Días del Juicio Final, llegará el momento de revelar el horrible e injustificado odio del pueblo judío hacia Jesús y darles la oportunidad de redimirse.
Con el cierre de los ciclos kármicos en los Días del Juicio Final, llegará el momento en que no solo se revelarán y corregirán todos los cuentos, fruto de la imaginación de la mente humana sobre la vida de Jesús, sino también todas las graves distorsiones sobre su Mensaje, las cuales no están alineadas con las Leyes de la Creación y están llenas de contradicciones y lagunas.
Con esto, a los cristianos también se les dará la oportunidad de la redención.
Este día también llegará para los creyentes de todas las religiones, ofreciéndoles la oportunidad de redimirse, ya que toda religión, sin excepción, ha distorsionado la única voluntad verdadera de Dios en la Creación.
Todas las enseñanzas que fueron traídas a la humanidad a lo largo de la historia por los diversos mensajeros, fueron precisamente adaptadas a los pueblos individuales y sus tierras y se formaron en completo acuerdo con su madurez espiritual y receptividad reales.
Además, todas condujeron a la misma y única Verdad, ya que Dios es uno y todo lo que viene de Él debe conducir a la unidad y no a la división.
Ninguno de los grandes mensajeros enviados a la humanidad, como Zoroastro, Buda y Lao Tse, tenía la intención de establecer religiones en guerra que lucharan entre sí, mientras usaban el nombre de Dios en vano.
Cualquier enseñanza o religión que promueve dañar a otros que no la siguen desde el odio, afirma que o no viene de Dios o que ha sido distorsionada. Por lo tanto, aquellos que siguen y defienden tales enseñanzas y religiones no sirven a la Luz sino solo a la Oscuridad.
Sin embargo, la ayuda de la Luz traída por todos los mensajeros (la más importante de las cuales fue la traída por Jesús) ¡Fue distorsionada y de hecho convertida en religiones en guerra!
Por lo tanto, las diferentes religiones son responsables de la distorsión de la Verdad, y como consecuencia millones de personas o eligieron distanciarse de Dios, porque su espíritu no podía conectarse con el Dios presentado en estas religiones, o se volvieron espiritualmente indolentes, convirtiéndose en prisioneros de dogmas (doctrinas) religiosas.
Antes de que se cierre la puerta del Juicio Final, llegará el día en que cada espíritu humano tendrá libre elección con respecto a la Verdad. Entonces será dada una última oportunidad de expiación.
Y este día… este día ha llegado hoy para el pueblo de esta tierra, de Israel.
Ha llegado el día en que la nube etérea de la Oscuridad, creada por las religiones alrededor de la Tierra Prometida, se disipará y permitirá que los rayos de Luz lleguen a las almas de los que anhelan la redención.
Ha llegado el día, el día en que a cada persona se le dará la oportunidad de reconocer la Verdad sobre Jesús, de expresar remordimiento y así separar su karma personal del karma colectivo que pesa sobre el pueblo de judío, debido a su pecado contra Jesús.
***
Naturalmente, en mi conferencia de hoy, me dirigiré principalmente al pueblo de Israel, ya que ésta es la nación en la que nací en mi encarnación actual, y a la que fui específicamente llamada a corregir primero.
Anhelo que en este evento de la Luz, que es una rectificación histórica de 2000 años, suficientes personas puras y valientes dentro de mi pueblo despierten a la Verdad, para que así también podamos amortiguar el karma colectivo del pueblo judio.
En cuanto a los cristianos que viven en esta tierra, también deberán tener gran humildad y valentía para corregir su percepción sobre el Mesías y sus enseñanzas.
Los musulmanes también podrán alcanzar una iluminación parcial en este evento, pero una iluminación completa solo será posible después de otra conferencia que se dedicará a las enseñanzas de Mahoma.
¡Que la única Palabra de Verdad de Dios a la humanidad resuene por doquier y ponga fin al derramamiento de sangre en esta tierra, que pertenece solo a Dios y no a ninguna religión!
Los hijos de Abraham – hebreos y árabes, que son naciones hermanas, deben morar en la tierra que les fue dada únicamente como sus guardianes, y vivir a la luz de la única y auténtica Verdad, que fue dada a todos los seres por igual.
Capítulo uno: La vida oculta de Jesús
Los profetas de Israel durante el período del Primer Templo carecían del poder para guiar a su pueblo de regreso al camino correcto y así evitar la destrucción del Templo y el exilio babilónico.
En vista de este fracaso, la Luz preparó un plan de emergencia para ayudar al pueblo de Israel una última vez a cumplir su misión como Pueblo Elegido y difundir el plan de la Luz a toda la humanidad.
Los profetas recibieron el conocimiento de este plan de salvación y anunciaron la venida de un hombre cuyo poder sería más fuerte que su poder espiritual, ya que tendría Poder Divino: El Mesías.
***
Les invito a viajar conmigo en el tiempo, aproximadamente al año 0 DC. Y escuchar la verdadera historia del Mesías, Jesucristo, de acuerdo con las Leyes de la Creación.
En ese momento, el pueblo de Israel estaba esclavizado por el Imperio Romano y su estado de espiritualidad se estaba deteriorando.
Sin embargo, precisamente la agonía de la esclavitud, como sucedió durante la esclavitud de los hebreos en Egipto, permitió que un pequeño grupo dentro de esta nación mantuviera encendido el fuego del anhelo por la Luz y, por lo tanto, de acuerdo con la Ley de Atracción entre Especies Similares, el Mesías tuvo que encarnar en esta nación, este pueblo.
De hecho, Su Mensaje estaba, destinado, ante todo, al pueblo de Israel, porque en ese momento debido a su desarrollo espiritual, era el pueblo con mayor potencial para recibirlo y comprenderlo.
Sin embargo, su Mensaje no estaba destinado solo al pueblo de Israel. De hecho, según el plan de la Luz, la nación de Israel debía difundir el “Mensaje de Dios” a otras naciones, para ayudarlas a alcanzar también la madurez espiritual.
***
Jesús fue el hijo del amor de María, que había sido preparada para esta tarea a lo largo de muchas encarnaciones, y de Creolus, un noble caballero romano de la más alta clase social.
Un amor que no pudo cumplirse en ese momento.
Jesús no podría haber nacido de una virgen que concibió del Espíritu Santo, porque según las Leyes de la Creación, ¡El nacimiento de un cuerpo humano no es posible sin que lo precedan las relaciones entre el hombre y la mujer!
Dios habría tenido que actuar en contra de sus propias Leyes si ésta fuese la verdad. Por lo tanto, no podría haberlo hecho, porque Él es perfecto desde el principio, y así también su Voluntad, que yace en las Leyes de la Creación.
Quien aún se atreva a pensar lo contrario, duda de esta perfección y por lo tanto, en última instancia, ¡También duda de Dios! Porque un Dios imperfecto, es decir, un Dios que actúa arbitrariamente, no sería Dios.
Más allá de eso, esta historia imaginaria sobre la Virgen María hizo que millones de creyentes cristianos tuvieran una concepción distorsionada de la sexualidad.
Por un lado, los sacerdotes reprimen su sexualidad, lo que lleva a la erupción de terribles desviaciones como la pedofilia. Por otro lado, una multitud de parejas casadas tiene una percepción distorcionada del sexo y la sexualidad, porque si es cierto que una concepción inmaculada debe ser del Espíritu Santo, entonces todos nacimos en pecado.
¿Alguna vez predicó Jesús por la abstinencia o el celibato sexual? ¡No!
(¡Así como tampoco predicó por la adoración de su madre virgen, María!)
Nunca lo hizo, ya que la sexualidad es un acto natural y, por lo tanto, una parte de las Leyes de la Creación que también son las leyes de la naturaleza.
El concepto de castidad o pureza va de la mano con el verdadero amor entre un hombre y una mujer, no con la abstinencia sexual. Por lo tanto, la concepción de Jesús fue hecha en pureza, ya que había amor verdadero entre María y Creolus, aunque las leyes religiosas judías no les habrían dado un sello de aprobación.
Después de que Creolus, que fue enviado en una misión por el emperador Augusto, se retrasó en regresar para llevar a su amada María a Roma, ella no tuvo más remedio que casarse con José, un carpintero judío, que le llevaba muchos años.
José la amaba y accedió a casarse con ella, a pesar de saber la verdad.
Adoptó a Jesús como su hijo y fue su mejor amigo hasta sus últimos días.
La noche en que nació Jesús, en un establo en Belén, fue una noche santa en la que un canto de agradecimiento lleno de alegría se derramó por todas las esferas de la Creación.
¿Qué hizo de esta noche un evento excepcional en la historia de la humanidad?
Expliquémoslo, pero es una explicación que el intelecto, limitado al tiempo y al espacio, nunca podrá captar.
Por lo tanto, debes abrir tu espíritu para poder captar, aunque sea una pequeña parte, de la magnitud de este evento.
Dios obra en la Creación a través de dos fuerzas: El amor y la justicia.
La Santísima Trinidad es: Dios, Amor y Justicia.
Dios Padre significa el Creador.
Dios Hijo significa Amor.
Y el Espíritu Santo, un concepto que muchos se han esforzado en descifrar, significa Justicia.
¡A diferencia de todos los seres humanos, incluidos todos los grandes profetas y mensajeros, cuyo origen es de la esfera espiritual, el origen de Jesús es de la Divinidad misma!
¡Jesús es la encarnación del Amor Divino en forma humana, y esa es la razón por la que se le llama el Hijo de Dios!
Éste es también el significado de la profecía del profeta Miqueas, de que el Mesías nacerá en Belén y se originará de la Divinidad misma:
“Pero tú, Belén Efrata, aunque eres pequeña entre las familias de Judá, de ti saldrá para mí el que será gobernante sobre Israel, cuyo origen es desde la antigüedad, desde tiempos antiguos”. (Miqueas 5:2)
(Más adelante hablaremos de la Encarnación Divina adicional del Espíritu Santo, que es la Justicia Divina, en forma humana).
En esa noche santa, cuando toda la Creación estalló en un canto de Aleluya, la mayor parte de la humanidad no la escuchó.
Aparte de la estrella brillante que se veía en el cielo, ninguna de las personas en la tierra vio al ángel del Señor, el portador de las noticias de la Luz y los ejércitos de la Luz que lo rodeaban.
Nadie vio ni escuchó nada, excepto unos pocos pastores elegidos para este propósito. Debido a que eran personas sencillas y estaban cerca de la naturaleza, se volvieron temporalmente clarividentes y pudieron ver y escuchar lo sucedido, para poder dar testimonio ante el resto de la gente.
Cualquier gran anuncio Divino para la humanidad puede ocurrir de otra manera, sino a través de los pocos que se abren a tal aviso a través de su humildad. (Otro ejemplo de una persona así es Moisés, quien no sorprende que también era pastor).
Esperar que la noticia sobre el Mesías se presentada a través de un espectáculo de fuegos artificiales que cualquier persona pueda reconocer fácilmente es una petición infantil, que una vez más busca cancelar las Leyes en la Creación, ya que todo mensaje enviado desde la Luz requiere un nivel de conciencia adecuado para que pueda ser recibido.
En el momento del nacimiento de Jesús, María y José reconocieron la estrella como el cumplimiento de las profecías y José incluso escondió su rostro de lo conmovido que se encontraba.
Tres reyes encontraron su camino al establo y le dieron regalos terrenales al recién nacido. Sin embargo, no reconocieron plenamente su Llamado Superior, el cual era usar su posición y riqueza para proteger al niño y facilitar su camino en la tierra para que no le sucediera nada durante el cumplimiento de su misión.
(Un Llamado, que aún existe hoy para las personas que han sido bendecidas con riqueza material y se supone que deben usarla para ayudar a los mensajeros en la obra de ascensión del Planeta Tierra).
Jesús creció y se convirtió en un niño bello y noble de ojos azules, piel clara y una melena de rizos rubios.
Los primeros años de su infancia los pasó en Egipto, después de que su madre le pidiera a José que dejaran Nazaret ya que la gente murmuraba que el niño no se parecía ni a ella ni a su padre…
El recuerdo de la estrella brillante fue olvidado tanto por María como por José cuando se sumergieron en el trabajo diario y las preocupaciones de la vida normal; También, porque en sus años de infancia Jesús no realizó milagros, como afirman las leyendas, sino que se comportó naturalmente como los otros niños.
Sin embargo, un rasgo lo caracterizó desde pequeño: El deseo de ayudar a las personas.
Cuando José le preguntó a Jesús qué le gustaría hacer cuando fuera grande, Jesús respondió que no quisiera ser un estudioso como los fariseos y escribas, como podría haber sido por sus talentos y habilidades, sino que le gustaría ser un servidor.
Para ayudar a todas las personas.
Para ayudar a cualquiera que se equivoque, se desvíe de su camino y que traiga sufrimiento a sí mismo porque no conoce la Verdad acerca de Dios.
Cuando José estaba en su lecho de muerte, vio en sus últimos momentos la Cruz y la Paloma (de las que ampliaremos la discusión más adelante) sobre Jesús, que se encontraba parado solo junto a su cama.
Tembló al pronunciar sus últimas palabras: “¡Y sin embargo, tú eres el elegido!”
Pero Jesús mismo no sabía nada de eso.
Solo tenía una constante inquietud interior y un anhelo por la Luz, que finalmente lo instó a ir con Juan, de quien escuchó que estaba difundiendo una sabia enseñanza y bautizando en el río Jordán.
Juan el Bautista fue una encarnación del profeta de Elías, pariente de Jesús y miembro de una familia aristocrática de sacerdotes.
Desde los diez años, leyó las enseñanzas de los profetas sobre la venida del Mesías:
La profecía de que el Mesías entrará en Jerusalén montado en un burro. (Zacarías 9:9)
La profecía de que el pueblo de Israel lo despreciará y rechazará. (Isaías 53:3)
La profecía de que el Mesías sanará a los enfermos. (Isaías 35 5-6)
La profecía de que el Mesías llegará antes de la destrucción del Segundo Gran Templo y morirá en el año 32 d.C., y que después de su muerte el Templo será destruido. (Daniel 9:21-26).
(Por cierto, ésta es una profecía que los judíos no pudieron negar. Sin embargo, como negaron que Jesús fuera el Mesías, sus intelectos trabajaron horas extra y surgió la idea de ¡Dos mesías! Entonces, según ellos, esta profecía habla del Mesías hijo de José, mientras que el Mesías hijo de David aún está por venir).
El papel de Juan el Bautista, la voz del que clama en el desierto, era preparar el camino para la venida del Mesías. Es decir, preparar la conciencia de la gente para recibir el evangelio del Mesías, el Hijo de Dios.
Como verdadero profeta, obviamente no podía trabajar dentro del establecimiento corrupto en el Gran Templo y las sinagogas, por lo que predicó el arrepentimiento y la expiación en la naturaleza.
A orillas del río Jordán, bautizó los cuerpos físicos de las personas que acudían a él, como un acto simbólico, que les transmitía el Poder para la purificación de sus almas.
(Como observación, es importante mencionar que el bautismo es un acto que no toda persona que es designada para bautizar por los funcionarios de la iglesia terrenal, puede realizar de manera espiritualmente válida).
De hecho, para realizar tal acto para su propósito previsto, se requiere que la persona esté conectada a la Luz.
Solo una persona así es capaz de transmitir el Poder de la Luz.
Sin embargo, esta habilidad no se adquiere a través de estudios académicos o un nombramiento de la iglesia, ¡Sino que es un don Divino que solo la Luz otorga!
Y esto también sólo puede suceder con absoluto cumplimiento de las Leyes, después de que tal persona haya preparado en sí misma el terreno puro para recibir la bendición de Dios.
Es por eso que la ceremonia de bautismo que se lleva a cabo hoy en día en las diversas iglesias no es más que una ceremonia de aceptación en las redes del establecimiento religioso, ¡Pero no necesariamente en los brazos de Dios!
La carismática figura del profeta Juan el Bautista atrajo a muchos creyentes pero también a varios enemigos, ya que habló con franqueza contra el liderazgo de las diferentes sectas judías de la época, los fariseos y los saduceos, a cuyos miembros llamó “los descendientes de las víboras”. Es decir, los sucesores de la Doctrina de la Serpiente, que desconectó a la gente de su espíritu y la convirtió en esclava del intelecto.
Entonces Jesús llegó al río Jordán.
Juan el Bautista lo observó desde su mirada interior y vio algo que nunca antes había visto: Un hombre completamente puro. ¡Tan puro, de hecho, que él mismo se sintió como un pecador al lado de Jesús!
Comenzó a percibir que Jesús era el hombre cuya venida él había sido preparado para anunciar. El hombre del que dijo que sería más poderoso que él, y que ni siquiera era digno de llevar sus sandalias; El hombre que bautizaría a todos con el Espíritu Santo y con fuego.
Jesús pidió ser bautizado, y Juan le respondió: “Yo necesito ser bautizado por tu mano, ¿Y tú vienes a mí?” (Mateo 3:14)
Pero Jesús insistió en ser bautizado y entonces… cuando salió del agua, los dos Signos Sublimes aparecieron junto a él, a los que solo aquellos que han venido de la Divinidad están ligados por un vínculo inseparable, y por tanto, también los llevan dentro: La Cruz de la Verdad viva y radiante dentro de él y la Paloma sobre el.
La cruz es el símbolo de la Verdad, y la paloma es el símbolo de la Voluntad Divina, el Espíritu Santo.
La Cruz de la Verdad, que era visible en el momento del bautismo de Jesús “, no se mencionó en ninguno de los evangelios del Nuevo Testamento. La probable razón de esta omisión es la distorsión del significado original de la cruz, que tuvo lugar después de la crucifixión de Jesús”.
La Cruz de la Verdad es una cruz con dos brazos iguales y cuando está rodeada por un círculo, simboliza las tres Leyes más importantes de la Creación: La Ley de la Gravedad está simbolizada por la línea vertical. La Ley de Atracción entre Especies Similares está simbolizada por la línea horizontal, y el círculo simboliza el cierre del ciclo de la Ley de Causa y Efecto.
Por lo tanto, cuando Jesús habló a sus discípulos y les dijo:
“Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz cada día y sígame.” (Lucas 9:23)
o cuando dijo:
“Y el que no toma su cruz y sigue en pos de mí, no es digno de mí”. (Mateo 10:38)
Se refería a la Cruz de la Verdad, y el significado de sus palabras era que solo aquellos que estaban dispuestos a dejar todo atrás y dedicarse a la Verdad podían convertirse en sus discípulos.
¡Esta cruz no tiene nada que ver con la cruz en la que Jesús fue crucificado, es decir, la cruz en la que solían ejecutar a las personas en la antigüedad!
Más adelante en esta conferencia, podremos entender cómo el brutal crimen de la crucifixión de Jesús se distorsionó en una teología, según la cual la muerte del Mesías era necesaria para expiar los crímenes de la humanidad. Y debido a este error, la Cruz de la Verdad se distorsionó en la cruz del sufrimiento.
Volvamos al momento en el que Juan bautizada a Jesús :
Todo mensajero tiene un momento decisivo en el que toma conciencia de su misión.
Cuando contempló la zarza ardiente, el velo fue quitado de los ojos de Moisés y su misión le fue revelada.
Para Jesús, su bautismo fue el momento en que el velo fue quitado de sus ojos y se dio cuenta de que en efecto, era el Hijo de Dios:
“Y de repente vino una voz del cielo, que decía: Este es mi Hijo amado, en quien tengo complacencia”. (Mateo 3:17)
Después de ese momento, Jesús se dirigió al desierto, para que la soledad le ayudara a absorber y a reconocer que era parte de la Divinidad eterna.
Desde el momento de su bautismo, Jesús ya percibió intuitivamente el Poder Divino dentro de sí mismo, pero le tomó varios días elevarse a través de los niveles de conciencia necesarios para poder estar preparado para su misión terrenal y aplicar el Poder en la práctica.
Desde el momento de su bautismo, a Jesús solo le tomó unos días reconocer completamente las Leyes de la Creación. Las Leyes, en las que tenía que verter su Poder.
Sin embargo, estos días también fueron el único momento en que Satanás, que estaba muy familiarizado con las Leyes, todavía podía convencer a Jesús de realizar un acto que habría destruido su capacidad para cumplir su misión, ya que habría sido en contra de las Leyes.
Satanás siempre ha tentado y explotado al hombre a través del punto específico de su debilidad. Y para el Hijo de Dios, el mayor punto de debilidad, a través del cual Satanás lo atacó, fue el profundo amor de Jesús por la humanidad.
Y con estas palabras trató de tentar a Jesús:
“Si eres el Hijo de Dios, di que estas piedras se conviertan en pan.” (Mateo 4:3)
Dentro de la trampa seductora de Satanás se encontraba el plan de hacer que Jesús, que ya era consciente del Poder que se le había dado para realizar milagros, realizara un acto que fuese imposible según las Leyes de la Creación ya que las habría violado, y que así, eventualmente alejaría a la gente de Jesús y su Mensaje.
Jesús sí tenía una ferviente necesidad de ayudar a las personas. La realización de tal milagro podría haber atraído a muchos, ya que desde el principio de los tiempos la gente ha fantaseado con un Dios perfecto que realiza actos arbitrarios fuera de Sus Leyes, aunque tales actos no pueden suceder realmente, ya que serían contrarios a las perfectas Leyes de la Creación.
Sin embargo, precisamente esta experiencia, en ese momento, desató la revelación, despertando el conocimiento inculcado en Jesús para reprender al diablo.
“Entonces Jesús le dijo: ¡Vete, Satanás! Porque escrito está: Al Señor tu Dios adorarás, y sólo a él servirás”. (Mateo 4:10)
Después de la experiencia en el desierto, Jesús fue a Galilea a comenzar su misión de servicio, llevando el plan de salvación al pueblo de Israel.
Capítulo dos: El plan divino de salvación de Jesús
En hebreo el significado del nombre de Jesús es “traer la salvación”, y esa fue exactamente su misión. Antes de explicar el plan de salvación traído por Jesús, es importante entender algunas cosas:
- A los seres humanos se les da libre albedrío, y por lo tanto, si de hecho desean ser salvados, deben elegir este plan de salvación e implementarlo en sus propias vidas.
Por lo tanto, ninguna persona seria que se haya graduado del jardín de infantes debe aferrarse a esta idea infantil de un Mesías que trae la redención y cambia mágicamente la realidad para mejor, sin que nosotros tengamos que mover un dedo.
Y lo mismo ocurre con la noción cristiana de que la fe de uno en Jesús es todo lo que se necesita para salvarse.
- Originalmente, el plan de salvación estaba destinado ante todo al pueblo de Israel, porque según el desarrollo espiritual de ese momento, era el pueblo con mayor potencial para aceptarlo y comprenderlo.
Al mismo tiempo, los judíos debían difundir este plan de salvación a otras naciones, para que a través de éste, ellas también pudieran alcanzar la madurez espiritual.
El plan de salvación traído por el Mesías no tenia como objetivo salvar solo al pueblo de Israel. Por el contrario, a través del pueblo de Israel, se suponía que debía llegar al mundo entero.
- El plan de salvación es, ante todo, un plan para la salvación del espíritu humano y no para una salvación política (como era el plan de Judas Iscariote, al que llegaremos más adelante).
Y ahora podemos volver al plan de Jesús para la salvación del hombre, que es aún más relevante hoy que hace 2000 años.
¿Por qué fue y sigue siendo tan necesario?
Hay muchas personas que quieren hacer el bien. Sin embargo, como se dijo en el código del Árbol del Conocimiento, desde los primeros pasos de la humanidad, el hombre ya ha caído en el señuelo de la serpiente: Satanás. Y como resultado, se desconectó de su origen eterno, que es el espíritu; Y se convirtió en esclavo del intelecto, limitado al tiempo y al espacio.
Desde entonces, ha perdido la capacidad de distinguir entre el bien y el mal, entre la Luz y la Oscuridad.
El profeta Isaías identificó este problema claramente en una frase:
“¡Ay de los que a lo malo dicen bueno, y a lo bueno malo; que hacen de la luz tinieblas, y de las tinieblas luz!” (Isaías 5:20)
La definición del espíritu sobre lo bueno es: Adquirir conciencia, a través de experiencias en el mundo material, para así poder regresar a casa, a la esfera espiritual, que es el paraiso.
La definición del intelecto sobre lo bueno es: Máximo disfrute de los placeres mundanos y materiales de la vida, a costa de reprimir y silenciar la voluntad del espíritu.
También hay muchas personas bien intencionadas, que no solo quieren hacer el bien para sí mismas y por los demás, ¡Sino que realmente quieren hacer el bien ante Dios!
Pero, ¿Cuál es la Voluntad de Dios?
En realidad, el hombre tampoco sabe esto, ya que aquí también intervino el diablo y bloqueó la aspiración del espíritu de ascender, colocando ante él alternativas tentadores en forma de enseñanzas intelectuales complejas, o como es especialmente el caso hoy en día, enseñanzas que llevan al hombre solo a experiencias emocionales, las cuales éste identifica erróneamente como iluminación espiritual.
Lucifer y toda la oscuridad que le sirve, colocan trampas muy sofisticadas frente a la persona que busca la Luz, en las cuales esa persona cae sin darse cuenta jamás de que al caer, en realidad se desconecta de su espíritu.
Atrapadas en una trampa que es una ilusión, las personas están seguras de que han encontrado la Luz y sirven a Dios. En verdad, permanecen atrapadas en la Oscuridad, extraviadas por la idolatría.
Capítulo tres: Las distorsiones religiosas que Jesús vino a corregir
Durante el período del Segundo Templo, la Oscuridad, empleando el intelecto como su herramienta para desconectar al hombre de Dios, logró penetrar en la jerarquía rabínica y así estableció el control del intelecto sobre toda la interpretación de la Biblia.
El judaísmo se convirtió en una religión de estatutos, reglas y restricciones en las que se ausenta la Verdad.
Y como la Verdad no estaba presente en la religión, el laberinto de leyes y directrices se volvió cada vez más complejo, como si estuviera destinado a ocultar engañosamente la ausencia de Dios.
Desde la alta perspectiva de la Luz, el judaísmo rabínico se convirtió en una religión de idolatría, porque colocó, en lugar de Dios y sus Leyes eternas de la Creación, un sistema humano inferior que se preocupa por adherirse a pautas rígidas y corrompe la aspiración espiritual que existe en cada persona, con el propósito de crear esclavos que construyan y sostengan pirámides.
El control del intelecto no solo ha perjudicado la comprensión de todo lo espiritual, sino también de todo lo Divino. Por lo tanto, para evitar la desconexión final de la Luz, que inevitablemente también conduciría a la destrucción del Segundo Templo y a otro exilio del pueblo de Israel de su tierra, el Hijo de Dios, el Mesías, fue enviado al pueblo de Israel.
Como Jesús dijo explícitamente, no vino a anular la ley, sino a conducir al pueblo de Israel de regreso al camino espiritual, para el que fue elegido para seguir y difundir a todo el mundo.
Jesús vino a regresar al pueblo de Israel a la Verdad, y esto de hecho declaró ante las multitudes del pueblo en el Templo de Jerusalén:
“Si vosotros permaneciereis en mi palabra, seréis verdaderamente mis discípulos; y conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres.” (Juan 8:31-32)
Hace dos mil años, hubo muchos que se opusieron a la Enseñanza de Jesús, porque no comprendieron que la Verdad que trajo vino a liberar sus espíritus de la esclavitud del intelecto.
“Nosotros somos descendientes de Abraham, y nunca hemos sido esclavos de nadie. ¿Cómo dices tú que seremos libres?” (Juan 8:33)
No pudieron percibir que las enseñanzas de los escribas y Fariseos les cerraron las puertas del cielo y los ataron con cadenas de hierro al mundo terrenal y material, como de hecho advirtió Jesús:
“Mas ¡Ay de vosotros, escribas y Fariseos, hipócritas! Porque cerráis el reino de los cielos delante de los hombres; Pues ni entráis vosotros, ni dejáis entrar a los que están entrando.”
(Mateo 23:13)
Sin embargo, el espíritu humano tiene sed de la Verdad y siempre la reconoce y se regocija en ella. Pero, en la mayoría de los casos, el intelecto es más fuerte, y para no perder su control, inmediatamente suprime al espíritu que aspira a ser libre.
El espíritu acepta la severidad de las advertencias. El ego se opone a ellas con todas sus fuerzas. Esta es en realidad una lucha interna, larga y agotadora entre el espíritu y el ego, que solo puede terminar con la victoria del espíritu y su liberación, cuando recibe el Poder y la guía que Jesús trajo con la Palabra de Verdad.
No existe tal cosa como muchas verdades o una verdad que cada persona pueda elegir según lo que le guste.
“…cada uno hizo lo que bien le parecío” (Jueces 17:6, Jueces 21:25).
Lo que se dijo en el pasado como una dura advertencia de los profetas, se ha convertido hoy en día en el orgulloso lema del posmodernismo, que permite a cada persona adoptar para sí mismo la verdad que mejor se adapte a sus debilidades, en lugar de tratar de esforzarse y adaptarse a las Leyes de la Creación.
Tampoco existe tal cosa como muchos caminos hacia la Luz. Más bien, hay muchos caminos para perderse en el camino hacia la Luz.
Solo hay una Verdad, eterna y universal, y son las Leyes de la Creación, que Jesús restauró a las enseñanzas del pueblo de Israel.
Capítulo cuatro: La religión que Jesús nunca pretendió crear
Sin embargo, incluso sus discípulos más cercanos no entendieron el plan completo de salvación que el Mesías trajo, porque no lo comprendieron completamente.
Muchas veces, el mismo Jesús expresó esto con gran pesar:
“Aún tengo muchas cosas que deciros, pero ahora no las podéis sobrellevar”. (Juan 16:12)
Por lo tanto, el Nuevo Testamento no transmite en su totalidad las Enseñanzas originales de Jesús, ya que no fue escrito por él sino por discípulos que plasmaron su comprensión limitada décadas después.
Por esta razón, las malas interpretaciones involuntarias de los discípulos engendraron ¡Una religión distorsionada que contradice las Leyes de la Creación, una religión que Jesús nunca fundó!
¡Jesús vino para ser el maestro del mundo!
Es decir, el que explica cómo funciona el mundo según las Leyes de la Creación; ¡Y no un maestro que vino a establecer una iglesia que gobierna sobre el mundo entero!
Tomemos por ejemplo, el tema de los milagros, que Jesús de hecho realizó.
Jesús actuó con Poder Divino, y por lo tanto no solo podía acelerar el proceso de recuperación de una enfermedad física, como pueden hacer los verdaderos sanadores, ¡Sino también disipar la enfermedad por completo!
También podía sanar a las personas de enfermedades mentales (demonios) e incluso resucitar a los muertos.
Sin embargo, esta capacidad se le fue dada por una razón muy específica:
Para abrir los corazones de las personas a la fe en Dios, porque Jesús quería no solo sanar los cuerpos de las personas, sino principalmente sus espíritus, y por eso siempre vinculaba la sanidad de la curación con la fe en Dios.
Entonces, por ejemplo, después de su reclusión en el desierto, Jesús primero regresó a la ciudad de Nazaret.
Allí se le pidió inmediatamente que hiciera milagros para demostrar que él era de hecho el Mesías.
Pero Jesús nunca hizo milagros para demostrar que tenía capacidad Divina, sino sólo como un medio para sanar. Lo hizo solo para aquellos que tenían fe y confianza en Dios, nunca para aquellos que dudaban de Él.
Además, no podía realizar tales milagros que la mayoría de la gente percibe como eventos sobrenaturales, porque incluso los milagros deben cumplir con las Leyes de la Creación. Un milagro, en su verdadero sentido, solo significa una aceleración de la acción de las Leyes de la Naturaleza.
Por lo tanto, el relato de alimentar a 5000 personas con solo unos pocos panes y peces es imposible según las Leyes de la Creación, y de hecho, no sucedió, contrariamente a lo que está escrito en el Nuevo Testamento.
Es cierto que cinco mil personas escucharon a Jesús, pero durante este tiempo, él los alimentó con la “Palabra” de Dios, que es alimento para el espíritu, pero no los alimentó con cosas terrenales.
La distorsión sobre los milagros que Jesús realizó ya comenzaba durante su vida, y él mismo se horrorizaba, cuando a menudo, llegaba a un lugar por primera vez y los rumores de los milagros que supuestamente realizó fuera de las Leyes de la Naturaleza ya lo habían precedido.
Además, Jesús no caminó literalmente sobre el agua, más bien, sus discípulos vieron su cuerpo etéreo y no su cuerpo físico. (Era el mismo cuerpo etéreo que María Magdalena vio después de la muerte de Jesús, ya que según las Leyes de la Creación, no es posible que un cuerpo crucificado resucite, ni es posible que un cuerpo terrenal sea llevado hacia arriba y entre en el más allá).
Jesús pudo resucitar a los muertos, como Lázaro, sólo si el hilo de plata, que conecta el cuerpo físico con el cuerpo etéreo, no había sido desconectado completamente, como sucede con las personas que han sufrido una muerte clínica y han vuelto a la vida.
Por lo tanto, incluso el Poder Divino de Jesús no sería suficiente para devolver a una persona a la vida si el hilo de plata se cortara por completo.
Capítulo cinco: El verdadero poder del amor revelado
El concepto del amor de Jesús también fue malinterpretado.
Como se mencionó, ¡Jesús fue la encarnación del Amor Divino en la tierra!
Sin embargo, desde la alta perspectiva de la Luz, ¿Qué es el amor verdadero?
¡Lo que hoy se le llama amor, es todo menos amor verdadero!
El amor hoy en día es principalmente un revuelto de emociones, el deseo de comodidad, instintos y mucho ego, en el que una persona hace buenas acciones supuestamente por el bien de los demás, ¡Pero de hecho, las hace para sí misma!
El amor verdadero no trata de lo que al otro es cómodo, sino que esta dirigido a beneficiar su espíritu, sin importar si esto lo hace feliz o no.
Por lo tanto, cuando Jesús dio la enseñanza: ¡ “Amad a vuestros enemigos” (Mateo 5:43), quiso decir “haced lo que beneficiará vuestros espíritus!”
El falso perdón y la adulación significan fomentar los errores de los enemigos, y por lo tanto, harán que se hundan aún más. ¿Es esto amor?
La descripción de la persona que era Jesús también se deterioró en una imagen de una persona débil y sumisa, que andaba todo el día abrazando a la gente; ¡Cualidades que nunca tuvo! Fue solo por su amor abarcador, que fue duro y severo con el pueblo testarudo al que fue enviado a ayudar.
Teniendo en cuenta la brecha entre la alta misión de Jesús y el nivel de conciencia de las personas con las que tuvo que lidiar, es comprensible y natural que a menudo estuviera lleno de pesar. Sin embargo, este pesar no tenía nada que ver con ser débil.
Es cierto que el amor es de lo que se trata todo, y si cumpliéramos el mandamiento “ama a tu prójimo como a ti mismo” no habría más guerras y desastres. Pero la pregunta es ¿Qué es el amor?
El amor no es gratuito, ni tampoco tiene etiqueta de precio.
Tampoco es una emoción “dulce y reconfortante”, que solo infunde una falsa tranquilidad en forma de unión, pero desatiende lo que en última instancia beneficiaría al espíritu, que es lo que el espíritu realmente necesita, aunque duela.
Capítulo seis: Por qué realmente rechazaron el mensaje de Jesús
¿Por qué los líderes rabínicos judíos se opusieron tan enérgicamente a Jesús? ¿Qué fue lo que en su Mensaje los amenazó tanto que buscaron su brutal ejecución en la cruz?
Al principio, trataron de discutir con él, pero su penetrante Palabra de Verdad quedó clavada como una espada en el suelo, y no pudieron refutarla con ningún argumento objetivo.
Por lo tanto, como siempre ha sido el caso con los portadores de la Verdad, se convirtió en el blanco de ataques personales y calumnias. La jerarquía rabínica afirmó que el Mesías no podía ser el hijo de un carpintero que no estudió en las instituciones que el propio establecimiento fundó!
Sin embargo, la iluminación del Hijo de Dios hizo que muchos lo siguieran y los líderes religiosos de ese tiempo temían perder su influencia sobre el pueblo.
Como todos saben hoy, ésta fue la razón de la calumnia que trataron de difundir contra el Mesías, y en última instancia, ¡La razón de la ejecución del Hijo de Dios!
Durante 2000 años, el liderazgo judío religioso, a sabiendas o sin saberlo, ha estado ocultando esta verdad, ¡Porque de revelarse, todos los muros de la “matrix” de las leyes judías religiosas se derrumbarán!
¡Pero es la Voluntad de la Luz que en el Fin de los Días, todos los muros de la matrix se derrumben y se desmoronen para que se revele la Verdad, y los espíritus humanos que aspiran a la Luz finalmente puedan ser liberados!
¡Los muros de la matriz de todas las religiones se derrumbarán durante el Juicio Final!
¿Cómo pudo suceder la traición de Jesús?
La traición siempre ocurre desde dentro del círculo más íntimo que rodea y funciona como un escudo protector alrededor del maestro.
El establecimiento rabínico y los romanos eran simplemente sirvientes de la Oscuridad que buscaban destruir el Plan de Salvación traído por el Mesías. Para ese fin, la Oscuridad necesitaba penetrar en el círculo íntimo de discípulos de Jesús: Doce discípulos varones y una discípula mujer, María Magdalena, (quien contrariamente a todos los relatos románticos, no era la pareja de Jesús).
La Oscuridad, a través de explotar una debilidad o defecto de una persona, es siempre capaz de penetrar en la conciencia de esta y alterar su capacidad para escuchar la voz de su espíritu.
Y encontró el pecado del orgullo en uno de los discípulos más cercanos de Jesús: Judas Iscariote.
Aunque el cristianismo a menudo retrata a Judas Iscariote como malvado, en realidad no lo era.
Amaba y adoraba a Jesús, pero debido a su orgullo y ambición, abrió la puerta a la Oscuridad, que plantó una idea en su mente:
¡Hacer de Jesús un líder político, que dirigiría la rebelión contra los romanos y lograría la victoria militar!
Jesús, por supuesto, se opuso a esta idea. Él era el Mesías. No era un líder político, sino aquel que debía lograr la salvación del espíritu humano según la Voluntad de Dios.
Judas Iscariote estaba herido y muy enojado con Jesús por negarse a escuchar su idea, y debido a estos sentimientos, comenzó a dudar de que Jesús fuera realmente el Hijo de Dios.
Ese fue el momento en que los opositores de Jesús, los líderes de la jerarquía religiosa, pudieron sobornar a Judas Iscariote para que entregara a su maestro a los romanos. Y él aceptó.
Sin embargo, la sentencia de Jesús, a la luz de la traición de Judas Iscariote, podría haberse suavizado, si los otros discípulos hubieran estado con él en sus pensamientos.
Las fuerzas de la Luz siempre vienen en nuestra ayuda. Sin embargo, para que eso suceda, necesitamos purificar nuestros pensamientos, ya que son los canales para recibir tal ayuda.
En Getsemaní, Jesús les pidió a su círculo íntimo que hagan guardia en sus espíritus y oraran con él:
“Padre mío, si es posible, pase de mí esta copa; Pero no sea como yo quiero, sino como tú.” (Mateo 26:39)
Esta oración, que se repite tres veces, proporciona una prueba concluyente de que Jesús no quería morir, ¡Y que su muerte nunca fue parte de un plan Divino, para expiar los pecados de la humanidad!
Pero, trágicamente, los discípulos cayeron en un adormecimiento espiritual tres veces:
“Entonces vino a sus discípulos y los halló durmiendo, y dijo a Pedro: ¿Así que no habéis podido velar conmigo una hora?” (Mateo 26:40)
Los pensamientos de los estudiantes no estaban con su maestro. Se durmieron en su guardia. Le dieron la espalda y fallaron.
Jesús fue arrestado por el liderazgo judío y llevado ante Poncio Pilato, el gobernador romano en ese momento, acusándolo de ser un rebelde contra el reino, sabiendo que el castigo para un rebelde es la crucifixión.
Cuando Jesús fue llevado ante Pilato, el gobernador quiso saber si Jesús mantenía su opinión de que era el “Rey de los Judíos”, a lo que Jesús respondió, “Tú lo dices”.
Después de más investigaciones, Pilato informó a los líderes del pueblo que Jesús no era culpable de ninguna maldad y sugirió que lo liberaran, ya que era costumbre que en la víspera de la Pascua, a petición del liderazgo judío, el gobernador romano concediera amnistía a un prisionero.
Sin embargo, el Liderazgo eligió liberar a Barrabas, quien era un asesino, y en cambio ¡Entregar a Jesús a su crucifixión!
Pilato no pudo soportar la presión de las masas, así que mientras entregaba a Jesús para la crucifixión, se lavó las manos frente al pueblo y dijo: “Inocente soy yo de la sangre de este justo. Allá vosotros.” (Mateo 27:24)
Y como según las Leyes de la Creación, Jesús no podía nacer del Espíritu Santo, tampoco podía bajar de la cruz, mientras se burlaban y lo injuriaban desde la multitud, incitados por los sumos sacerdotes y los ancianos lideres del pueblo, y que pensaban en su inexplicable ignorancia que Cristo debe ser un mago que está por encima de las Leyes de la Naturaleza:
“Si Él es el Rey de Israel, descienda ahora de la cruz, y creeremos en Él.” (Mateo 27:42)
Jesús fue crucificado hasta la muerte.
La encarnación del Amor Divino, una parte de la Divinidad misma, que caminó sobre esta tierra, murió en terrible agonía.
El día de su nacimiento, reinaba la alegría y el júbilo en todos los mundos.
El día de su muerte, un profundo pesar reinó en todas las esferas de la Creación por aquellos espíritus humanos que se cerraron con hostilidad a la Verdad que Jesús trajo, y permitieron que la Oscuridad, envuelta en odio, les empujara a cometer el crimen más horrible de todos contra el Hijo de Dios.
La maldición así creada por la humanidad cayó pesadamente sobre el mundo entero.
Jesús regresó a Dios y la humanidad perdió el camino hacia la Luz.
Se decretó un exilio de 2.000 años para el pueblo de Israel, durante el cual, su karma empeoró ya que han seguido persiguiendo a sus discípulos, negando a Jesús y difundiendo un terrible odio y crucificando verbalmente a Aquel que vino a traerles la salvación.
Capítulo siete: La gran distorsión: Cómo la verdad se convirtió en mentiras
Un mensajero de la Luz siempre ha compartido la parte más alta de su Enseñanza solo con su círculo íntimo, ya que el público en general no podría entenderla de todos modos.
Pero como el círculo más íntimo de discípulos de Jesús no pudo comprender la profundidad y amplitud de su Enseñanza, comenzaron a distorsionarla poco después de su muerte.
Como los discípulos estaban conmocionados por la muerte cruel de su maestro, no comprendieron completamente su responsabilidad en la traición de Jesús, y aún no entendían cómo funcionan las Leyes de la Creación (Leyes a las que el Hijo de Dios también estaba sujeto) comenzaron a desarrollar una doctrina según la cual, crucificar al Mesías era parte del plan Divino, ¡Y de hecho, murió en la cruz para expiar los pecados de la humanidad!
Sin embargo, cualquiera que examine esta afirmación, debe concluir que está distorsionada y fomenta la indolencia espiritual, ya que, según las Leyes de la Creación, no es posible que un hombre no coseche lo que ha sembrado y también espere que alguien más cargue con las consecuencias de sus actos.
Por lo tanto, sería correcto decir que Jesús no murió para expiar los pecados de la humanidad, ¡Sino que murió a causa de los pecados de la humanidad!
Además, este concepto crea irracionalidad con respecto al acto de traición de Judas Iscariote y los jefes del liderazgo judíos en ese momento, porque si la crucifixión fuese parte del Plan de Salvación, entonces ellos realizaron un acto digno de alabanza, y no de condenación eterna.
Las distorsiones de las enseñanzas de Jesús fueron de mal en peor, particularmente cuando, en el siglo IV D.C., Su Mensaje se convirtió en la religión oficial del Imperio Romano.
El legado del Hijo de Dios que fue asesinado, su “Palabra” Viviente, fue utilizado solo para fines egoístas de acumular poder y dinero.
La historia demuestra una y otra vez que particularmente aquellos que querían representar los principios de Cristo, fueron sus peores enemigos, violándolos de la peor manera posible, asesinando a individuos y multitudes mientras llevaban una nefasta oración a Dios.
¡Nerón, el César Romano conocido por su crueldad, fue mucho mejor que la Iglesia Católica, ya que al menos no asesinó a tantas personas en nombre de Dios!
Dado que la Iglesia Católica se apartó tanto de las Enseñanzas del Mesías, ¡Convirtió la vida personal de Jesús en un ritual religioso!
Él nunca quiso esto, ya que Él era un Mensajero de la Verdad y como tal, aborrecía cualquier tipo de adoración o culto personal, y había pedido que se considerara la esencia de su Enseñanza y no a Él personalmente.
Así como la Oscuridad logró infiltrarse en el liderazgo judío, que estableció las leyes judías, logró hacer lo mismo con la iglesia.
La iglesia ha estado buscando al Anticristo, que es Lucifer, pero no ha comprendido que la iglesia misma se convirtió en su víctima, y como tal, ha sido controlada por él debido a su sometimiento al intelecto.
Capítulo ocho: El misterio de los 144.000
Otro error que cometieron los Apóstoles, los discípulos de Jesús, fue su incomprensión de la identidad de una figura que Jesús previó que llegaría en los Días del Juicio Final, para completar su misión: El Hijo del Hombre o por su otro nombre: El Espíritu de la Verdad.
“Jesús le dijo: “Tú lo has dicho; y además os digo, que desde ahora veréis al Hijo del Hombre sentado a la diestra del poder, y viniendo en las nubes del cielo” (Mateo 26:64).
“Pero cuando venga el Espíritu de Verdad, él os guiará a toda la verdad; porque no hablará por su propia cuenta, sino que hablará todo lo que oyere, y os hará saber las cosas que habrán de venir” (Juan 16:13).
Los Discípulos pensaron que Jesús estaba hablando de Sí mismo y por lo tanto volvieron a equivocarse y concluyeron que Jesús regresaría durante los Días del Juicio Final.
Sin embargo, Jesús no regresará, ya que Él era el Hijo de Dios: La Encarnación del Amor Divino. El Hijo del Hombre es una figura diferente, que de hecho ha de venir en los Días del Juicio Final, como la Encarnación de la Justicia Divina y el portador del Juicio Final.
Durante la crucifixión de Jesús, la palabra de otra oportunidad de Gracia con la venida del Hijo del Hombre resonó en todas las diferentes esferas de la Creación.
Muchos espíritus suplicaron a Dios que les concediera permiso para ayudar al Hijo del Hombre en la gran tarea de la salvación de todos aquellos que aún desean encontrar el camino hacia la Luz.
El gran Amor de Dios concedió este derecho a muchos espíritus con una bendición especial y estos juraron sus votos de cumplir esta oportunidad de servir.
Así se prepararon los 144.000 espíritus de los Llamados.
Durante cientos y miles de años, fueron cuidadosamente preparados para tareas especiales y reencarnados en la tierra en el momento adecuado, para así poder estar listos para el momento en que llegase el Llamado para servir al lado del Hijo del Hombre.
Estos son los 144.000 espíritus descritos en el Libro de Apocalipsis. Es la misión de las Escuelas Alma llamar buscar y encontrar a estos Llamados en todo el mundo.
La humanidad fue preparada para la venida del Hijo del Hombre por los Precursores, cuya tarea era similar a la de Juan el Bautista en el tiempo de Jesús: Preparar el nivel de conciencia de la humanidad, facilitando el camino para su llegada en los Días del Juicio Final.
Para el judaísmo, el Precursor fue Israel Baal Shem Tov, el fundador del Movimiento Jasídico a fines del siglo XVIII.
Él fue el llamado a purificar al judaísmo de los tediosos y largos laberintos intelectuales sobre las leyes judías y devolverlo al camino interno del alma.
Pero sus enseñanzas también se encontraron ante una fuerte resistencia por parte del establecimiento judío ortodoxo de aquellos días. De hecho, sus oponentes declararon que los seguidores de Baal Shem Tov eran “disidentes”, y prohibieron el matrimonio entre seguidores judíos ortodoxos y sus seguidores, afirmando que no eran dignos.
El Hijo del Hombre nació en Alemania a fines del siglo XIX, y entre las dos guerras mundiales, el velo fue quitado de sus ojos, revelándole su origen y su misión.
A su lado, también aparecieron los dos símbolos sublimes. Solo aquellos que vinieron de la Divinidad están atados a ellos en un vínculo inquebrantable, y por lo tanto los llevan dentro: la Cruz de la Verdad, viva y radiante, y la Paloma sobre ella.
Como lo predijeron las profecías, el Hijo del Hombre trajo consigo el Juicio y la Purificación, que debían comenzar y terminar durante sus días en la tierra, así como el plan para la construcción del Reino Milenario según el Mensaje de Jesús, que él aclaró y trajo a su finalización hasta el último detalle.
Escuchar hoy la verdadera historia de Jesús y su Enseñanza según las Leyes de la Creación, sólo es posible porque el Hijo del Hombre, que también provenía de la Divinidad misma, nos lo dio.
Una historia que pone fin a todas las distorsiones de la iglesia, a todas las historias de interminables “médiums y canalizadores”, que imaginan que están conversando directamente con Jesús, y todas las personas engreídas y vanidosas que concluyeron que “todos somos hijos de Dios” y que el Mesías no es una persona específica, sino más bien, un estado de alto nivel de conciencia, que ellos, por supuesto, han alcanzado.
Entonces también había llegado el momento de los 144.000 Llamados para cumplir su promesa de ser fieles a Dios, de estar junto al Hijo del Hombre y de servir a la humanidad usando sus variados talentos y especialmente el Poder extra que se les concedió.
Para formar, dentro de sus espíritus purificados, los canales a través de los cuales se podría llevar a cabo el Plan de Salvación de los Días del Juicio Final.
Su solicitud fue concedida en su totalidad, y reencarnaron en la tierra en el momento adecuado.
A través de una guía exacta y comprometida, fueron bien equipados con todo lo necesario para llevar a cabo las tareas asignadas a cada uno de ellos.
Se les concedió, y se les dio de una manera tan llamativa, que no podrían haberlo percibido de otra manera más que como un regalo, como un préstamo para usar en la hora del cumplimiento de su promesa anterior.
Pero la mayoría de ellos no escucharon el Llamado.
Solo 800 de los 144.000 vinieron al Hijo del Hombre, pero ellos también fallaron en su misión al caer en diferentes trampas que la Oscuridad colocó a lo largo de su camino y finalmente también lo traicionaron, tal como el Hijo de Dios fue traicionado.
Capítulo nueve: El Hijo del Hombre: identidad revelada
Entre los años 1923 y 1933 probablemente no había nadie viviendo en Alemania que de una forma u otra, no se hubiera topado con la “Palabra” que trajo el Hijo del Hombre.
Los judíos en Alemania debían ser los primeros en seguir a los 144.000 Llamados.
Algunos de ellos eran de por si mismos Llamados, pero se cerraron al Llamado y no se presentaron para tomar su puesto y servir.
Al estar algunos dotados de riqueza material, también estaban destinados a ser los primeros ayudantes desinteresados en la construcción del Reino Milenario.
¡Si todo esto se hubiera realizado, entonces la culpa de 2000 años que pesa sobre los hombros del pueblo judío después del asesinato del Hijo de Dios y su fracaso como Pueblo Elegido, habría sido expiada!
¡La deuda habría sido redimida simbólicamente, para el pueblo de Israel en su totalidad!
Pero en realidad, desperdiciaron esta oportunidad histórica.
Por un lado, los intereses financieros y la prosperidad desviaron sus mentes de ello, y por otro, se aferraron empecinadamente a sus tradiciones antiguas y rígidas en lugar de alinearse con la Verdad.
El fracaso de los Llamados en el tiempo del Hijo del Hombre, así como sucedió durante el tiempo del Hijo de Dios, significó solo una cosa: Entregar el Poder en manos de la Oscuridad.
El Hijo del Hombre también fue traicionado por el círculo de sus discípulos más cercanos y fue arrestado por la Gestapo.
Y así, lo que debían ser los primeros años del Reino de Dios en la Tierra, se convirtieron en años de destrucción para toda la humanidad.
El Hijo del Hombre murió en 1941, el mismo año en que comenzó en la Segunda Guerra Mundial en plenitud y el año en que comenzó la implementación de la Solución Final de los Nazis.
El holocausto
Es solo por la Gracia de Dios, que el Juicio Final se detuvo, y de hecho, el Reloj Cósmico se ha detenido desde entonces.
Porque, en ausencia de las facultades mediadoras de los llamados, el Poder que el Hijo del Hombre trajo consigo, en última instancia, habría conducido a la destrucción del mundo.
Esto es similar a un transformador sobrecargado, que en ausencia de conductores que redirijan la corriente eléctrica que pasa a través de él, se terminaría encendiendo, explotaría y demolería todo en su alrededor.
Con esta insondable Gracia de Dios, se detuvo el Juicio y se le dio a la humanidad otra oportunidad.
Es decir, esperar, hasta que todos los Llamados despierten de su error y se preparen nuevos Llamados para su tarea, para que las activaciones del Juicio y la Purificación puedan comenzar de nuevamente, según las profecías.
Capítulo diez: Juicio final: lo que realmente está por venir
Ahora estamos en ese momento.
El Juicio Final ha comenzado de nuevo, y esta vez, no se detendrá. Destrucción o sanación para la humanidad, una u otra.
Cualquiera cuyos ojos espirituales estén abiertos puede ver los paralelos entre los eventos y acontecimientos mundiales actuales y el tiempo anterior a la Segunda Guerra Mundial.
¡Ahora estamos en la segunda versión de 1941!
No solo en Israel sino en el mundo entero, donde el antisemitismo está aumentando.
¡Hoy, el pueblo de Israel tiene una última oportunidad de expiar el pecado de la crucifixión del Hijo de Dios, y al hacerlo, cerrar el ciclo colectivo del karma y evitar otro Holocausto!
Si queremos ser precisos, entonces tendremos que decir que desde la perspectiva de la gravedad del pecado, no podemos posiblemente expiarlo. Somos incapaces de saldar esta deuda ante la Luz porque, ¿Cómo es posible expiar el asesinato de una parte de la Divinidad misma? ¿Del mismísimo Amor Divino encarnado?
¿Es posible expiar la continua crucifixión verbal, ya que el pueblo de Israel sigue pronunciando las palabras más odiosas contra Jesús, incluso después de dos mil años?
Solo un acto simbólico de expiación puede resolver esto, y la oportunidad para ello nos fue dada en este día, por la Gracia de Dios.
Toda el liderazgo judío que persiguió implacablemente a Jesús llevándolo a su crucifixión, así como todos los que participaron allí, como una turba enardecida que gritó con odio “¡Crucifícalo! ¡Crucifícalo!” han reencarnado en el Pueblo Judío de hoy, para cerrar así su ciclo kármico: Ya sea a la perdición o la salvación, una u otra.
La mayoría de nosotros sabemos que todo efecto tiene una causa, y que si queremos enmendar, primero debemos llegar a la raíz de la causa.
La mayoría de nosotros también sabemos que la historia del Pueblo de Israel muestra inequívocamente que fuimos exiliados de la Tierra Santa como resultado de nuestros pecados y no por ningún enemigo externo.
Y ahora, después de estas dos percepciones, ¿Qué tenemos que enmendar y por dónde empezamos?
¿Ayudaría si seguimos estrictamente las reglas religiosas ortodoxas de separar los platos de lácteos y carne?
¿Ayudaría si nos unimos sobre nuestro odio hacia un enemigo común?
¿Ayudaría agitar banderas?
¿Ayudaría encender velas?
¿Ayudaría respirar profundamente y meditar?
¡Ninguna de estas cosas ayudará!
Solo dos cosas ayudarán ahora:
La primera es arrodillarnos y desde lo mas profundo de nuestro espíritu, pedir perdón por la crucifixión del Mesías, y con eso empezar el proceso de redención de nuestros pecados.
Y la segunda cosa es Vivir según la Verdad, tal como se presenta en la Palabra Divina, que fue traída por el Hijo de Dios y fue explicada y completada por el Hijo del Hombre.
“Dijo entonces Jesús a los judíos que habían creído en él: Si vosotros permaneciereis en mi palabra, seréis verdaderamente mis discípulos; y conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres” (Juan 8:31-32).
Vivir según la Palabra de Verdad, que es la Enseñanza más perfecta y completa para los Días del Juicio Final y la Nueva Era. ¡La Enseñanza del Mesías!
Se basa en las Leyes de la Creación y no tiene lagunas ni contradicciones, ya que no fue escrita por mano humana sino que Dios la grabó en Su Creación desde tiempos inmemoriales y para siempre.
Toda la Creación obedece estas Leyes, ya que incluso una leve desviación provocaría su destrucción.
“Bendecid a Jehová, vosotros sus ángeles, poderosos en fortaleza, que ejecutáis su palabra, obedeciendo a la voz de su precepto.” (Salmos 103:20)
Los Ángeles hacen Sus mandamientos, obedeciendo Su Palabra.
El Sol, la Luna y las Estrellas en los cielos hacen Sus mandamientos, obedeciendo Su Palabra.
Cada planta, cada animal y todos los elementos hacen Sus mandamientos, obedeciendo Su Palabra.
Y solo el hombre, a quien se le dio libre albedrío para reconocer estas Leyes y obedecerlas para su máximo beneficio, para que estas puedan traer las bendiciones más sublimes, se encuentra parado al borde del abismo y con su inconcebible arrogancia y presunción, continúa afirmando que no hay una sola Verdad.
Pero la Verdad con “V” mayúscula es la última esperanza que tenemos.
Epílogo
El Hijo de Dios e Hijo del Hombre,
¡Necesitaría una eternidad para hablar de ustedes y de la Verdad que trajeron desde los escalones del trono de Dios!
Necesitaría una eternidad para cantarles canciones de agradecimiento.
Pero mientras tanto, puedo ser un puente hacia la Palabra de Verdad que trajeron a la humanidad, y me comprometo a tender ese puente a todos los espíritus humanos de cada rincón del mundo, que anhelan la Verdad.
Para la ascensión del planeta, para el Plan de Salvación de la humanidad y para la gloria de Dios.
¡AMÉN!